Solo en este caso me he permitido la temeridad de utilizar cemento y piedra para acabar la restauración del pozo del Tio Quico, aunque evidentemente voy a seguir apostando por la piedra seca. La particularidad de este pequeño pozo es que recogía agua, de un pequeño humedal cercano, mediante una canalera de tejas enterrada, que tuve que sanear. Ahora a esperar que llueva para ver los resultados.
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